lunes, 8 de noviembre de 2010

Todas las palabras.

Tendría que tener todas las palabras dentro de mi mente, y no las tengo. Tengo únicamente una lapicera en la mano, y la seguridad de que solo quiero estar a tu lado. Desde ya que se trata de una emputecida idea que no puedo desunir de mi alma, creo que eso es lo que pienso, y trato de razonarlo sin palabras. Mentira, mierda y más mierda es lo que precipito de mis labios, para que la destrucción sea más leve, por el detrimento del otoño que tan apasionado me resguardó de la caliente beatitud.
No lo puedo creer, en solo diez años pasé de los veinte a los teinta, y solo descubrí que el tiempo es insalubre cuando no estas. Eso solo. Cuando tengo los ojos avidriados, y no me deja de sorprender mi predisposición para habituarme a dormir entre la sangre de mis días, mis días, la melodía mínima de no saber de cuantas maneras diferentes uno puede quedar inmovil, desde cuantas partes la fuerza sostiene el dolor de nuestro cuerpo para no movernos. En mi nido la oscuridad es la única que me acaricia, caundo la noche regresa semicerrada, semicerrando la oscuridad a mis ojos, me toco partes desconocidas de la cara, me descubro huesos. Mierda y más mierda vuelvo a repetir, mi oscuridad no traspasa tu luz, pero tu luz si trapasa mi oscuridad. Ahora ya lo sé, todo es por eso.
Mi tierra es una nube deshabitada, mi futuro es el mundo de la carne inhallable.
Ella no me escucha cuando abro los ojos, ella es una mujer nocturna espiando a mis ojos escondidos, ella duerme en mi camino, lo sé.
Un tranquilo descenso del vigor espiritual, no me recupera, por eso me elevo de la cama, decido bajar los pies de la cama, ya que semidespierto aprendí a defenderme con espadas de hielo. Avanzo con cautela, con los brazos extendidos hacia adelante, todo se aleja y la perilla de la luz desaparece, la oscuridad es infinita y melodiosa. Vuelvo como todas las noches a contemplar la luna, aunque sea, levanto la vista y listo, pero miro hacia arriba, al oscuro cielo, ya que es lo único que compartimos, al infinito cielo, sin horizontes, es nuestro, de los dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario